La ampliación de esta clínica dental no fue solo una obra: fue una apuesta llena de ilusión. La propiedad buscaba crecer sin perder la cercanía ni el trato humano que la caracteriza. Con la adquisición del local contiguo, surgió un reto tanto técnico como emocional: unir dos fincas, gestionar permisos y hacerlo con un calendario ajustado, incluso en plena pandemia.

Una vez resuelta la parte estructural, llegó el momento de HEUS Interiorismo: hacer que el espacio hablara el mismo lenguaje que las personas que lo habitan cada día.

Cada box dental incorpora un gesto de color, tapicerías alegres y una iluminación pensada para transmitir calma. Para los más pequeños, creamos un universo propio: sala de juegos y un box a medida, con serigrafías que los hacen sentir tranquilos, seguros y bienvenidos.

La sala de espera, amplia y luminosa, se articula mediante separadores de formas orgánicas y colores que dialogan con la identidad visual de la clínica. En boxes y despachos predomina el blanco, transmitiendo orden, limpieza y serenidad. En la sala de formación, incorporamos el color con delicadeza, creando un ambiente acogedor y estimulante.

El resultado va más allá de la funcionalidad: es un proyecto de interiorismo para una clínica dental con alma, que refleja el carácter de sus propietarios y la vocación del equipo que lo hace posible.